Las profecías de Juan de Jerusalén resuenan poderosamente en la actualidad, mostrando una asombrosa similitud entre sus visiones y los eventos que estamos presenciando.
Las profecías atribuidas a Juan de Jerusalén se presentan como visiones del futuro surgidas en la Edad Media. Estas visiones, según el relato, habrían sido transmitidas por medio de encuentros divinos o inspiraciones sobrenaturales que permitieron a Juan anticipar eventos venideros. Aunque su origen exacto es incierto, se le atribuye una precisa visión apocalíptica de lo que acontecería en el futuro, lo que ha generado debates sobre cómo alguien en esa época pudo haber obtenido tal conocimiento sobre lo por venir. Estas profecías se convierten en un enigma histórico y una reflexión sobre la percepción humana del tiempo y el destino.
Estas profecías presentan una perspectiva intrigante sobre nuestro mundo y muestran una notable correlación con los eventos contemporáneos, además de advertencias de carácter sombrío respecto al futuro. Estas visiones del profeta han adquirido una relevancia especial en nuestra época, ya que anticipan una serie de sucesos que, de manera asombrosa, encuentran paralelos en los tiempos actuales. Desde la decadencia moral hasta los cambios en la estructura familiar, las profecías resuenan con inquietante precisión en los desafíos que enfrenta la sociedad moderna. A lo largo de este artículo, exploraremos estas profecías y cómo su conexión con la realidad contemporánea plantea interrogantes sobre la naturaleza del tiempo, el destino y la percepción humana de los eventos venideros.
El texto completo de la profecía se puede descargar desde el siguiente enlace: Profecías de Juan de Jerusalén en PDF
A continuación, examinaremos ciertos aspectos de las profecías que muestran una sorprendente correlación con los acontecimientos actuales:
Caos y Desorden: El profeta anticipa un mundo sumido en el caos. La sociedad se desmoronará, dando paso a la violencia y la anarquía. Las ciudades se transformarán en escenarios de destrucción, y los valores serán olvidados.
Soberbia Humana: El profeta destaca que la humanidad se elevará hasta desafiar a Dios mismo. Este mensaje resuena en una época donde la tecnología y el poder del hombre desafían los límites de lo divino, planteando preguntas éticas y morales cruciales.
Decadencia Moral: La profecía sobre que en los tiempos del fin el mundo se transformará en Sodoma y Gomorra cobra vida en la omnipresente degradación sexual. Las políticas que promueven e incentivan las aberraciones sexuales están sumiendo a la humanidad en un caos moral.
Luchas Religiosas: Las religiones entrarán en conflicto, desatando guerras y desórdenes a gran escala. Los infieles y creyentes chocarán en una lucha por la supremacía de sus creencias.
Ataques a la Ganadería y la Agricultura: La profecía de los campos desolados encuentra paralelos en la actualidad en relación a la agricultura y la ganadería tradicional. Los ganaderos y agricultores están siendo objeto de ataques desde diversos frentes políticos y económicos, incluyendo expropiaciones y restricciones en su labor.
El Engaño Filantrópico: La profecía de los bárbaros ocultos en la ayuda resuena en las figuras poderosas que se presentan como benefactores, pero persiguen intereses ocultos. En la actualidad, se observa la presencia de numerosos filántropos y fundaciones que afirman trabajar en beneficio de la humanidad. Sin embargo, la mayoría de las personas ya se han dado cuenta las verdaderas intenciones de estas figuras y organizaciones que promueven causas contraproducentes y perjudiciales para la humanidad.
Incendios Provocados: La profecía sobre incendios masivos refleja los devastadores incendios forestales que asolan el mundo. La profecía se hace realidad mientras los incendios son desencadenados por manos humanas y destruyen vastas áreas naturales.
El Declive del Amor: La profecía sobre la desaparición del amor y el auge del sexo sin compromiso resuena con la propagación de una cultura centrada en el placer superficial, donde el amor auténtico y profundo a menudo queda relegado.
Manipulación Genética: La advertencia sobre los que mezclan el veneno con su sangre encuentra resonancia en las discusiones actuales sobre las modificaciones genéticas y las terapias de ARN.
Desvanecimiento de Valores: La pérdida de tradición y la ley apunta al desafío de los valores conservadores en una era de cambio constante. El repudio a la moral tradicional y la falta de respeto por las normas culturales son tendencias que fueron profetizadas.
Explotación de Niños: La profecía sobre los niños siendo vendidos y atacados refleja el crecimiento de la explotación infantil y la ideología de género.
Un Mundo Fragmentado: La predicción de que las pieles oscuras se mezclarán con las pieles blancas se refiere al promovido mestizaje étnico.
Declive Familiar: La visión de familias disgregadas resuena en una época donde la estructura familiar está bajo una presión significativa. Los cambios en las dinámicas familiares y los enfoques alternativos propuestos desde algunas orientaciones políticas están destinados a la desintegración de la familia como núcleo fundamental de la sociedad.
Nuevo Orden Oscuro: La profecía menciona un orden oculto marcado por la presencia del odio que se alinea con el crecimiento de las fracturas y confrontaciones en la sociedad. El incremento de las tensiones y la difusión de sentimientos negativos hacia la humanidad, incluso contemplando la idea de la reducción de la población, resalta la validez de esta profecía. Esta noción se ve reforzada por la difusión de discursos de odio originados en corrientes ideológicas de corte neo marxista, de promoción del colectivismo, la interseccionalidad, el separatismo, el indigenismo, la división de las naciones, el etnocentrismo, etc., cuyo objetivo es instaurar una nueva estructura de poder basada en la obtención de ventajas políticas a través de la confrontación y la hostilidad.
Conclusión:
Las profecías de Juan de Jerusalén presentan una visión directa y sin rodeos de nuestro mundo y sus posibles desarrollos. A medida que examinamos estas visiones proféticas, encontramos notables similitudes con la realidad actual y advertencias sombrías sobre el futuro. Estas profecías resuenan de manera especial en nuestra época debido a su sorprendente anticipación de eventos que ya están en curso. Desde la decadencia moral y las luchas religiosas hasta los ataques a la ganadería y la agricultura, así como el engaño filantrópico y la propagación de incendios provocados, estos aspectos de las profecías encuentran eco en los acontecimientos contemporáneos. Además, el declive del amor, la manipulación genética, la pérdida de valores tradicionales y la explotación de niños también reflejan realidades actuales. La profecía del nuevo orden oscuro, caracterizado por el odio y las divisiones, encuentra respaldo en el clima de polarización que prevalece en la sociedad. En última instancia, estas profecías ofrecen una mirada impactante y reveladora sobre el presente y el futuro de la humanidad, presentando desafíos y dilemas que merecen nuestra atención y reflexión.

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